El Alto costo del estrés crónico

Feb 12, 2024

En el vasto campo de la medicina y la psicología, la relación entre el estrés y el desarrollo de enfermedades crónicas ha sido extensivamente estudiada y documentada. Por esto escribo este post, para que exploremos la relación profundamente arraigada entre el estrés prolongado y su impacto en nuestra salud. Creo firmemente que la comprensión de este vínculo entre el estrés y la enfermedad recalca la necesidad de que tomemos enfoques holísticos y preventivos en el cuidado de la salud que integren el bienestar emocional y psicológico como componentes críticos de la salud física.

El Dr. Gabor Maté, un reconocido experto en el área de adicción, estrés y desarrollo infantil, y uno de mis autores favoritos,  aporta una perspectiva integral sobre cómo el estrés afecta no solo nuestra salud mental, sino también nuestra salud física. En sus investigaciones, el Dr. Maté enfatiza que el estrés crónico, especialmente aquel que no se gestiona de manera efectiva, puede alterar el sistema inmunológico, hormonal y nervioso, contribuyendo al desarrollo de enfermedades como artritis, diabetes, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. Según el Dr. Gabor Maté, las emociones reprimidas y el estrés psicológico continuo desempeñan un papel fundamental en este proceso, evidenciando cómo factores psicosociales y emocionales pueden traducirse en condiciones físicas.

Como he mencionado en otros artículos, el estrés es la respuesta natural del cuerpo ante desafíos o amenazas. A corto plazo, el estrés puede ser beneficioso, preparándonos para la acción. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico, puede causar estragos en nuestra salud. 

Profundicemos un poco más en esto.

Estrés y el Sistema Inmunológico:

¿Te ha pasado que cuando estas con más trabajo y estresado, te enfermas más seguido? Bueno, el estrés crónico suprime el sistema inmunológico, y aumenta la susceptibilidad a infecciones, al mismo tiempo que retrasa los procesos de curación. El estrés crónico también afecta la capacidad del cuerpo para regular la inflamación, contribuyendo potencialmente al desarrollo y progresión de enfermedades inflamatorias.

Estrés y Salud Cardiovascular:

El estrés es un factor de riesgo muy bien conocido para la enfermedad cardíaca. Afecta el corazón y los vasos sanguíneos de varias maneras, incluyendo el aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y causando daño a las paredes arteriales. Con el tiempo, estos cambios pueden llevar a ataques cardíacos, derrames cerebrales e hipertensión.

Estrés y Síndrome Metabólico:

El estrés también impacta los procesos metabólicos, aumentando el riesgo de desarrollar síndrome metabólico, un conjunto de condiciones que incluye presión arterial alta, altos nivel de azúcar en sangre, exceso de grasa corporal alrededor de la cintura y niveles anormales de colesterol. Estos, a su vez, aumentan el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y diabetes tipo 2.

Estrés y Salud Mental:

 El estrés crónico es un factor significativo en los trastornos de salud mental como la depresión y la ansiedad. Afecta a los neurotransmisores y hormonas del estrés, la estructura y función cerebral, llevando a cambios en el estado de ánimo y comportamiento.

Estrés y el Sistema Digestivo:

Muy seguido escucho que mis clientes se sorprenden al escuchar que el estreñimiento puede ser síntoma de estrés crónico, y es que el estrés puede afectar el sistema digestivo, llevando a condiciones como la enfermedad de reflujo gastroesofágico (ERGE), enfermedad de úlcera péptica, SII y hasta cambios en la microbiota intestinal, lo que puede afectar la salud general.

Estrés y Obesidad:

El estrés puede llevar a cambios en los patrones alimenticios y aumentar el deseo por alimentos poco saludables, contribuyendo a la obesidad. También afecta el almacenamiento de grasa y puede llevar a la acumulación de grasa visceral, que está vinculada a numerosos problemas de salud.

El enemigo silencioso del estrés:

Tal vez has escuchado el dicho o la frase que dice si no haces tiempo para tu cuerpo, tu cuerpo hará tiempo para ti a través de la enfermedad o el malestar. O bien, haz escuchado la sonada frase del cuerpo lleva la cuenta.  En este ámbito tan sonado del cuerpo llevando la cuenta, el Dr. Bessel van der Kolk, un destacado experto en trauma, ha investigado ampliamente cómo el estrés y nuestras experiencias traumáticas impactan no sólo nuestra mente sino también nuestro cuerpo. En su libro "The Body Keeps the Score", que la verdad lo recomiendo muchísimo, Van der Kolk explora cómo el estrés crónico y las experiencias traumáticas pueden dejar una huella física en nuestro sistema nervioso y cuerpo en general. Según sus investigaciones, experiencias estresantes prolongadas, especialmente aquellas traumáticas, pueden alterar la química y el funcionamiento del cerebro, afectando áreas cruciales relacionadas con la regulación emocional, la memoria y la auto-percepción. Este desbalance no sólo nos predispone a condiciones psicológicas como la depresión y la ansiedad, sino que también puede manifestarse en enfermedades físicas, desde problemas digestivos hasta enfermedades cardíacas, a través de mecanismos como la inflamación crónica y alteraciones en el sistema endocrino.

Mitigando el Impacto del Estrés:

Comprender la conexión entre el estrés y las condiciones de salud crónicas es vital para la prevención y el manejo de éste. Aquí hay algunas estrategias para mitigar el impacto del estrés:

  1. Actividad Física Regular: El ejercicio puede reducir la inflamación, mejorar la salud metabólica y mejorar el estado de ánimo.
  2. Técnicas de Mindfulness y Relajación: Prácticas como la meditación, la respiración profunda y el yoga pueden reducir el estrés y su impacto en el cuerpo.
  3. Hábitos Alimenticios Saludables: Una dieta equilibrada puede contrarrestar el impacto del estrés al mejorar el sistema inmunitario, reducir la presión arterial y disminuir el riesgo de enfermedades crónicas.
  4. Sueño de Calidad: Un sueño adecuado es crucial para la recuperación del estrés y la salud general.

La conexión entre el estrés y las condiciones de salud crónicas es compleja y profunda. Al entender cómo el estrés crónico afecta a diversos sistemas corporales, podemos tomar medidas para mitigar sus efectos y mejorar nuestra salud general. Adoptar un enfoque holístico para la gestión del estrés, que incluya actividad física, técnicas de relajación, y una alimentación saludable puede llevar a beneficios significativos para la salud y una mayor calidad de vida. Terapias que incorporan el cuerpo, como el yoga, y técnicas de respiración profunda, pueden ser particularmente efectivas para ayudarnos a "volver a habitarnos" y  a regular nuestra respuesta al estrés.

Gracias por leer, nos vemos en la próxima edición.

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Cuídate!

Referencias:

  1. Maté, G. (2003). When the Body Says No: The Cost of Hidden Stress. John Wiley & Sons.
  2. Van der Kolk, B. (2014). The Body Keeps the Score: Brain, Mind, and Body in the Healing of Trauma. Viking.

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